Hace algunos meses tuve un caso en el que se cuestionaba si una firma dubitada habría podido ser escrita por el hermano de la supuesta firmante. Uno de los abogados me preguntó si cabía la posibilidad de que, de alguna forma, los movimientos de la mano se transmitieran genéticamente de una persona a otra entre miembros de la misma familia. Nunca me habían preguntado algo así. ¿Influye la genética en la escritura? Pudiera ser. Pero esto no significa que dos hermanos vayan a tener la misma letra o firma. Veamos por qué.
La genética en la escritura
Aunque los responsables directos de la formación de la escritura son los músculos de la mano y del brazo, el órgano ejecutor es el cerebro. Es decir, las órdenes parten de nuestro cerebro. Si todos tuviéramos un control absoluto sobre nuestra sesera y los músculos, podríamos realizar la caligrafía que deseáramos sin esfuerzo alguno. Falsificar firmas sería muy sencillo. Pero, por fortuna, esto no es así. Aprendemos a escribir por imitación. En el colegio a todos nos enseñan las mismas formas básicas, que vamos evolucionando con el tiempo conforme a nuestras vivencias y experiencias. Así nuestra letra va tomando su forma personal y característica. No hay dos caligrafías iguales porque no hay dos personas iguales.
Ahora bien, ¿podría ser que mi letra fuera muy similar a la de mi hermano mayor? Podría darse el caso. Tal vez, si me empeño en imitarla una y otra vez y a forzar a mi cerebro a que asimile esas grafías. Esto requiere un gran esfuerzo activo. Incluso influiría en nuestro subconsciente. Pero siempre existirán diferencias, pequeños rasgos que diferencien ambos conjuntos de escrita. Esto se debe a que ni nuestra mente ni nuestros músculos son los mismos. Aunque partamos del mismo punto, nuestros desarrollos siempre diferirán.
Por otro lado, pudiera ser que tuviéramos unos músculos muy parecidos por cuestiones genéticas. O incluso la misma enfermedad o atrofia que nos limite o nos ayude a escribir de igual modo. Pero, como en el caso anterior, el desarrollo de un músculo varía necesariamente de una persona a otra, porque los músculos se desarrollan con su uso (o no uso) y, por mucho ADN que compartamos, no podemos tener habilidades exactas.
La genética en la pericia caligráfica
Muchas veces, a los peritos caligráficos nos toca mediar en casos en los que debemos estimar si una letra se ha elaborado por un miembro de la familia o por otro. Son situaciones duras a nivel psicológico. Si estas personas han aprendido por imitación entre sí, pudiera darse el caso de que sus caligrafías fueran muy similares, aunque no es común. Estos casos son de especial complejidad, porque son los detalles o pequeñas referencias lo que marcan la diferencia. Aquí son necesarios múltiples estudios pormenorizados que nos releven la verdad. También puede darse la posibilidad de que alguien practique para imitar una letra a la que tiene fácil acceso. Suele ser común con la de padres y hermanos. En esas situaciones los peritos calígrafos son clave para resolver.
¿Tienes un problema del estilo? Si crees que un familiar o conocido podría haber imitado tu firma o tu letra para falsificar un documento, ponte en contacto con nosotros. No lo dudes. Estamos para ayudarte.