Sobre precios y tarifas

Papelajos

Últimamente estoy escuchando bastantes quejas acerca de las tarifas de los profesionales. Sobre todo de aquellos que somos freelance o autónomos. Cada cierto tiempo leemos en Twitter a algún ilustrador mosqueado porque tiene la osadía de pedir dinero por hacer su trabajo. El muy iluso. Ese es el primer problema. El segundo viene cuando el profesional explica sus tarifas. Las cosas son así: hasta los autónomos, por muy superhéroes que podamos llegar a ser a veces, necesitamos comer.

Sobre precios y tarifas
¿Y cuánto me cobras si solo examinas la mitad de la mitad de la firma?

De las tarifas al abuso

Todos somos conscientes de lo cara que está la vida, pero hay una escala de valores que podríamos aplicar aquí:

  • Abusar del cliente y exigirle una tarifa desorbitada.
  • Cobrar por unos servicios a nivel de profesional.
  • Quedarte «comido por servido».
  • Regalar tus horas de trabajo y tu esfuerzo profesional para hacer competencia desleal a un compañero.

Tanto en mi profesión como perito como en mi labor de redactora y editora me he encontrado con auténticos abusos. Uno de ellos es el que nos imponen en los casos de justicia gratuita, en los que no entraré aquí con detenimiento.

La cosa es que, si quieres un profesional, tienes que estar dispuesto a pagarlo. Si lo que quieres es que te hagan un informe de andar por casa, sin ningún tipo de garantía frente a un contrainforme, puedes contratar a un perito low cost (si es que lo encuentras), pero su informe también será de mala calidad.

Ya he visto varias veces que se rechace un presupuesto por un precio cabal para acabar contratando a otro perito que le hace una chapuza. Es como comparar comida gourmet con los platos de esos restaurantes a los que acude Alberto Chicote al rescate. Y lo mismo ocurre con los casos de justicia gratuita: lo que se paga muchas veces no nos llega ni a cubrir los gastos. No, no exagero en absoluto. Ojalá fuera así.

En el caso concreto de los peritos, es necesario que llevemos a cabo una labor minuciosa que posteriormente hemos de desarrollar con el mayor de los cuidados en nuestros informes. Eso requiere una cuantiosa cantidad de horas de trabajo y esfuerzo. Al margen de los estudios en el laboratorio, el detallado estudio de los documentos, los tratamientos de imágenes, los desplazamientos, la redacción, el posible contrainforme…

Y tú, ¿cuánto me cobras?

Nuestras tarifas no están puestas al azar, ni nos bañamos en oro en nuestras inmensas cajas de caudales como el tío Gilito. Si un profesional exige una tarifa que consideras alta, es porque te va a hacer un trabajo a la altura. También puede que des con un sinvergüenza cuyo único objetivo sea exprimirte todo lo que pueda a cambio de un trabajo en el que ha invertido el mínimo esfuerzo. Como cliente, estás en tu derecho de exigir una contraprestación, por supuesto.

Puedes ponerte en contacto conmigo si deseas más información acerca del precio del informe pericial caligráfico que necesites a tu medida. Y también puedes preguntar por su contenido sin compromiso. Estamos aquí para ayudarte.