Hace algunas semanas estuve viendo una exposición cuyo título me llamaba la atención: «Caligrafías extrañas». Dedicándome a esta profesión tan peculiar, es evidente que todo tipo de letras y tipografías llaman poderosamente mi atención. Pero estaba lejos de imaginarme la sorpresa que me aguardaba aquí.
Las caligrafías en el arte moderno
El arte moderno es peculiar como él solo, y parece que por ello deja la puerta abierta a todo. Pero, ojo, solo lo parece. Cuando te dicen que Leandro Alonso ha montado una exposición de caligrafías extrañas, lo que esperas encontrar (o al menos yo) es una colección de escritos redactados con caligrafías características y, por qué no, artísticas.
En su lugar, nos encontramos con que este escultor/artista/calígrafo extraño, como le define su colaborador, nos presenta un mundo en el que prima más la impresión y la estética del trazo que transmitir con la palabra. O eso es lo que nos cuenta Leandro Alonso.
Será cosa mía que soy un poco abuela cebolleta, pero una caligrafía cuya intención es que no se pueda leer no es una caligrafía. ¿Es arte? Vale. ¿Es caligrafía? No.
Cada obra de esta exposición está formada por varios lienzos superpuestos, algunos escritos en gris, otros en negro y otros en blanco, completándose con papeles en blanco troquelados, para que se puedan observar desde diferentes ángulos. Podéis escuchar al propio autor comentando su visión.
La muestra se complementa con una serie de fotografías en blanco y negro que rodean la sala… pero que, a mi juicio, poco o nada tienen que ver con las letras. Y con la caligrafía, menos. Lo siento mucho, pero creo que el arte moderno no es para mí. Lo que sí es para mí es la pericia caligráfica. Si te puedo ayudar en algo no dudes en ponerte en contacto con nosotros.